Con el paso del tiempo, es habitual tener que hacer obras en casa. Un día es un vecino y otro día es otro, por lo que es importante ser tolerante y flexible, por el bien común de todos los vecinos. No obstante, hay formas de minimizar el ruido y la suciedad para evitar malentendidos. Veamos cómo hacerlo paso a paso.
Cómo reducir ruidos y suciedad en las escaleras de los edificios al hacer obras
Cada cierto tiempo toca hacer arreglos en casa, ya sea reformar el baño, cambiar las ventanas, el suelo, las puertas, etc. El problema es que cuando un vecino decide hacer reformas, el resto del edificio suele sufrir las consecuencias: ruido, polvo, material ocupando espacio en el pasillo o desperfectos en las zonas comunes.
Aunque cada propietario tiene derecho a hacer reformas (porque en algún momento todos los vecinos las harán), es fundamental respetar las normas de convivencia y el uso adecuado de las zonas compartidas.
A continuación, te contamos cómo minimizar las molestias por ruido y suciedad durante una obra en la comunidad:
- Comunica a los vecinos con antelación el inicio de la obra: lo primero que se debe hacer, para evitar conflictos, es informar a la comunidad antes de empezar las obras. Se puede avisar directamente al administrador de fincas, indicando la duración aproximada de la reforma y el horario previsto. Incluso puede colocarse un aviso en la puerta y en el portal, para avisar a los vecinos. Al fin y al cabo, una comunicación clara está bien para demostrar transparencia y evita malentendidos, así todos estarán preparados.
- Respeta los horarios de ruido permitidos: cada municipio tiene su propia ordenanza sobre ruidos. No obstante, por lo general, las obras deben realizarse entre las 8:00 y las 21:00 horas, evitando madrugones o trabajos en festivos. A pesar del horario permitido, es mejor concentrar las tareas más ruidosas a media mañana o primera hora de la tarde, cuando la mayoría de vecinos están fuera. De hecho, sobre las 18:00 horas se suele parar. Si los operarios respetan los horarios, no suele haber problemas.
- Proteger bien las zonas comunes antes de hacer obras: lo siguiente es proteger muy bien todos los elementos comunes del edificio, como las escaleras, el relleno o el ascensor. Durante las reformas, el polvo y los restos de material suelen aparecer por todo el rellano, por eso es importante tratar de controlarlo en la medida de lo posible. Se puede cubrir todo con plásticos o con cartones. También es importante que los trabajadores limpien al final de cada día y no dejen materiales o herramientas por los espacios comunes.
- Gestionar los escombros correctamente: los sacos de escombro no deben acumularse en los espacios comunes, dado que es algo habitual y que no suele gustar nada a los vecinos. Lo ideal es contar con un contenedor temporal para una buena gestión de residuos.
Durante el proceso de la reforma, también es importante ser comunicativo. Es mejor ir de frente y hablar las cosas, porque en estas situaciones todos los vecinos suelen tener empatía. Hoy eres tú, pero mañana es otro vecino.
Por tanto, aunque convivir con una obra no es fácil, siguiendo los tips que te compartimos no tendrás que lidiar con tantos ruidos ni suciedad.
¿Y si los ruidos y la suciedad se convierten en un problema?
En ese caso, es importante que el administrador de fincas contacte con el vecino responsable para que tome cartas en el asunto.
Lo ideal es establecer una serie de buenas prácticas y respetarlas entre todos, por el bien común de todos los vecinos. Un buen administrador de fincas en Barcelona te ayudará a que todo vaya como debe.

