Hablar de obras con los vecinos puede poner los pelos de punta, sobre todo por las derramas inesperadas. Sin embargo, en muchas ocasiones es necesario. Si tienes dudas sobre cómo llevar a cabo las obras en tu comunidad de vecinos, en la siguiente guía te contamos cómo gestionarlo de la manera adecuada.
Cómo gestionar las obras en la comunidad de vecinos
Por lo general, no es agradable hablar de obras, derramas, etc. Sobre todo, cuando no contabas con tener que hacer frente a estos gastos. No obstante, si toca, toca, y son los propietarios los que tienen la última palabra.
¿Cómo gestionarlo? Vayamos por partes.
1- Tipo de obra a realizar
Lo primero es identificar el tipo de obra que se va a realizar, ya que no todas tienen el mismo tratamiento legal.
Si se trata de una obra de conservación o reparación urgente, en esos casos no es necesario convocar una junta previa para aprobarla. Al ser de carácter urgente, es el propio presidente o el administrador quienes la pueden autorizar y luego informar a la comunidad de lo sucedido.
La cosa cambia en el caso de una obra más “opcional”, ya sea de mejora o accesibilidad, como instalar un ascensor o una rampa. Aunque sea completamente necesario e incluso urgente para algunas personas del edificio, en ese caso sí debe aprobarse en una junta de vecinos, aunque con distintas mayorías según el caso.
- Como recoge la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), las obras para mejorar la accesibilidad pueden aprobarse por mayoría simple si no suponen un gasto superior a 12 mensualidades ordinarias.
- En el caso de las mejoras estéticas u opcionales requieren de una mayoría de tres quintas partes para su aprobación. Además, los vecinos que voten en contra no estarán obligados a pagar si no hacen uso de esas mejoras.
2- La importancia de solicitar varios presupuestos
Una vez determinado el tipo de obra y convocada la junta, en el caso de ser necesaria, lo siguiente será solicitar varios presupuestos a las empresas.
Lo ideal es tener al menos tres presupuestos, con desglose por partidas para poder comparar los precios, el tiempo estimado de ejecución de la obra, la posibilidad de financiación en caso de ser necesario, etc.
Estas opciones deben exponerse en la junta de vecinos y se deberá votar, para elegir un presupuesto. Normalmente, se escoge la opción más económica o la del medio, siempre y cuando se presupueste lo mismo.
3- Licencia municipal
El siguiente punto a considerar es si la obra requiere de licencia municipal.
- Las obras menores, como pintar una escalera, suelen tramitarse mediante una declaración responsable o comunicación previa.
- Las obras mayores, como instalar un ascensor o rehabilitar una fachada, requieren una licencia de obra mayor, que se solicita en el ayuntamiento junto con un proyecto técnico previo.
4- Obligaciones y seguro de responsabilidad civil
La empresa que ejecute la obra en el edificio debe estar al corriente de sus obligaciones laborales y contar con un seguro de responsabilidad civil. También deberá cumplir las normativas de prevención de riesgos laborales.
Para evitar problemas e inconvenientes, es fundamental que los trabajos se realicen dentro del horario permitido por las ordenanzas municipales. Normalmente, de lunes a viernes en horario laboral.
5- Posibilidad de solicitar subvenciones públicas
A la hora de acometer cualquier obra en el edificio, se puede considerar la posibilidad de solicitar subvenciones públicas. Hoy en día, existen distintas ayudas si las obras están relacionadas con mejoras en cuanto accesibilidad, eficiencia energética, rehabilitación de fachadas o instalación de energías renovables.
Para acceder a estas ayudas, suele pedirse documentación técnica, presupuestos detallados y la justificación de los pagos realizados. Antes de acometer ninguna obra es importante planificarlo con antelación.
Recuerda contar con la ayuda de un administrador de fincas en todo momento, para realizar cualquier reforma con tranquilidad y éxito.